Actualmente uno de los grandes problemas mundiales a los que nos enfrentamos es la gestión que ha realizado China del COVID a finales de 2022: ha pasado de una política de confinamiento y COVID 0 a una retirada muy rápida de las restricciones impuestas, generando caos social y sanitario en el país y una preocupación a nivel global.
No obstante, para la economía y el comercio internacional, la medida de relajar rápidamente las restricciones Covid en China es muy positiva, ya que permitirá al país asiático retomar el ritmo de exportación en los primeros trimestres del año a niveles anteriores a 2020 no sólo de productos sino sobre todo componentes electrónicos, tan necesarios para sectores como la fabricación de automóviles y en general cualquier otra maquinaria.
Una fuerte producción China, y por que no, también un aumento de su demanda, puede cambiar las perspectivas de recuperación mundial y forzar una solución en el conflicto de Ucrania.
Por tanto, aquello que ahora mismo puede parecer caótico y mal gestionado, en realidad permite tener mejores perspectivas de recuperación del comercio internacional a lo largo de 2023
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